jueves, 20 de marzo de 2014

tu eres muy especial

Dios te ama y te acepta como eres ahora, pero el desea que el potencial que ha depositado en ti , florezca y llegues hacer la mujer que EL DESEA HACER EN TI...


tu vida es muy valiosa , tu estima sobrepasa a las piedras preciosas, el te ha hecho única , Dios te formo con una personalidad única, con un cuerpo unico , con una bella cara unica , no eres igual a ninguna otra mujer , no te compares , mira con admiración a otra mujer , pero no te sientas inferior a ella, tu eres única , tienes una esencia sin igual, Dios desde que te formo soplo vida en ti, y te diseño a su imagen y semejanza, por eso levantate princesa , y sientete valorada , por que eres una princesa muy amada, se feliz, por que Dios te ama como eres...


tal vez la vida te ha golpeado con muchas situaciones difíciles, talvez te sientas culpable, te sientas pecadora, o te sientas fracasada , pero hay esperanza amiga, Jesus vino a este mundo justamente para sufrir el dolor que nosotros por nuestros pecados merecíamos , pero en su inmenso amor , el se hizo pobre , el sufrió mucho dolor , para que HOY tu te puedas acercarte a El, y con sus brazos de amor te vuelve abrazar... vamos camina hacia El , solo de El puedes recibir las mas lindas palabras, las mas lindas caricias de amor, el te dará del agua que jamas tendrás sed.. por que El es pan de vida, y agua viva... buscalo que lo hallaras... El sale a tu encuentro... te esta esperandooo... te ama infinitamente...... 


eres muy valiosa PRINCESA DE DIOS......


SOLO EL PUEDE  LLENAR TU VIDA , SOLO EN EL ESTAS COMPLETA....

jueves, 3 de octubre de 2013

Encuentra su arco iris

Algunas veces las pruebas son inevitables. El sol brilla, las nubes blancas, la vida va pasando y llega la tormenta. El cielo se torna gris y amenazante. Solía creer que los cristianos estaban a salvo de la adversidad.
Creía que ser hija de Dios me daba algún tipo de súper poder que me alejaba de los problemas. Pensaba que podía encontrar el arco iris sin atravesar por la lluvia.
Las cosas en nuestro hogar eran como de costumbre. Los niños jugando en el piso, el televisor emitía sonidos de caricaturas.
Me senté, perpleja del dolor estomacal que continuaba desde hace un mes. No lo podía comprender. Finalmente mi esposo decidió llevarme a la sala de emergencias para que me examinaran. En ese momento fue cuando empecé a utilizar la mentalidad de “¿por qué yo?”.
Una vez en el hospital, ya me sentía mejor. Sentada en el cuarto de exámenes y rodeada por una delgada cortina azul, fue algo difícil no saber qué sucedía a mí alrededor. Creo que la locura del lugar me ayudó a desviar mis pensamientos de mi misma. Noté que pasaba una rápida silla de ruedas cerca. Con curiosidad me levanté, moví la cortina y me asomé.
La silla se movió tan rápido que me costó ver al conductor, aunque sí vi a la mujer que lo seguía con prontitud. Ahora sí estaba intrigada y esperé que volvieran. Esta vez, pude ver a un joven sentado en ella. Utilizaba un brazalete del centro médico. Empecé a hablarle, y él me sonrió. No me hablaba pero sabía que me estaba entendiendo. Luego, otra vez salió soplada en la silla. Una mujer adulta corría tan rápido como podía tras él. Como es normal en un hospital, esperé varias horas. Pero viendo al chico ir de aquí para allá lo hacía más fácil.
Cuando ya me podía ir, no tenía más respuestas de mi condición excepto que debía hacerme otros exámenes. Al salir, me topé nuevamente al niño y su mamá. “¡Adiós Daniel!” dije (ya me había aprendido su nombre). Él me sonrió y salió en carrera otra vez. Yo miré a su madre, ya cansada de tanto correr. “Es tan paciente y amable. Eso dice mucho de su carácter”, le comenté.
Pensé que la había motivado, pero la mujer me sonrió y dijo: “Es fácil. Él es mi milagro. Todos nos bendicen de diferentes formas”. ¡Esta declaración puso a mi mente a girar más que esa silla de ruedas! Un joven inmóvil (excepto por una silla), quien no podía hablar, sólo sonreír. Pero aun con las luchas diarias que sin duda enfrentaban madre e hijo, ella reconoció la bendición y el milagro. No necesitaba que yo se lo recordara.
Aprendí tanto de esta señora y su muchacho. Entendí que cuando nuestros pies estén cansados, debemos continuar; cuando el camino es triste, hay que quitar el enfoque de los problemas y buscar la voz de Dios.
Muchos de nosotros sabemos que vienen las adversidades. Sí, yo solía pensar que ya no las tendría. Ahora sé que no somos inmunes a las dificultades, pero estamos a salvo de la tormenta. Quizás no tenemos poderes sobrenaturales, pero el Dios a quien servimos es más poderoso que cualquier superhéroe.
Se nos promete seguridad. Cuando lleguen los problemas a su puerta o cama de hospital, puede ser difícil escuchar la voz de Dios por la locura del lugar. De hecho, quizás Él no diga palabra alguna. Tal vez Él le mande alguien que conteste su oración, con un paso acelerado y una gran sonrisa. Incluso esa persona tendrá un nombre como Daniel, ¡quien en la Biblia fue un personaje que confió en Dios aun en medio de temor y leones!
Siempre debemos estar pendientes de esos recordatorios celestiales, que debemos estar viendo el milagro a través de la adversidad. Los arco iris más bellos son aquellos que salen luego de las tormentas más agresivas.
“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.” – Salmo 34:19.
Club 700 Hoy..

viernes, 30 de noviembre de 2012

Sabiduría para asuntos específicos

Cada situación de la vida requiere conocimiento y consejo para tomar decisiones.

 

Ps. Cash Luna


Escoger lo correcto, por conocimiento o experiencia, es actuar con sabiduría. Ya que esta no es consecuencia de lo que sé, sino de lo que hago. Tener sabiduría no es solamente tener conocimiento sobre algo, sino actuar de cierta forma, en base a ese conocimiento. Cuántas cosas sabemos que son correctas y no las hacemos? Al contrario, ¿cuántas cosas sabemos que son incorrectas y las hacemos? Por ejemplo, la puntualidad es correcta y deseable, sin embargo, somos impuntuales. ¡Haz aquello que sabes bueno y necesario para agradar a otros! Ser sabio implica tener humildad para reconocer que a veces escogemos mal y debemos rectificar nuestra conducta. La sabiduría se adquiere de los aciertos y de los errores. Necedad sería decir que no caeremos en el vicio del tabaco o del alcohol si solamente fumamos un cigarro o tomamos una copa, cuando han sido millones las personas que han muerto a causa de estos vicios. Algunos dicen que solo se aprende de la experiencia propia, pero es mejor aprender de la experiencia ajena. Ver las situaciones que enfrentan otros y tomar lección de vida es la forma más inteligente de adquirir sabiduría. Sabio es quien, en base a los consejos, experiencia ajena y experiencia propia, recopila información para tomar decisiones correctas.
La Palabra nos enseña que es mejor ser sabio que fuerte. Salomón cuenta que un hombre sabio, aunque pobre y débil, a quien nadie escuchaba, salvó a una ciudad. ¿Cómo pudo hacerlo si nadie le ponía atención? Pues la clave está en la persona que convenció al pueblo de escuchar lo que el hombre sabio tenía que decir1. Sabio es quien tiene la humildad de no menospreciar la sabiduría de quien puede dársela. Con una actitud orgullosa y arrogante no aprenderemos. Si no sabes algo, lo más prudente es preguntar. Busca sabiduría.
Jesús observó sabiduría en las aves del cielo y los lirios del campo, así que es posible aprender de todos.2. Tal vez hoy, hubieran menospreciado Su enseñanza por enfocarse en la naturaleza, porque la gente busca grandes revelaciones y no ven todo lo que nuestro entorno puede enseñar. Debemos reflexionar en cuánta sabiduría hemos desperdiciado por nuestra actitud arrogante de creer que lo sabemos todo. Lo primero que una persona sabia logra es a confiar en Dios para vivir. Estás rodeado de sabiduría, pero debes tomarla para que te beneficie. Pidamos al Señor sabiduría y fe, ya que el vestido y el alimento es algo que seguramente nos dará. La verdadera vida de oración comienza donde el afán termina. Aprenderemos sobre sabiduría y fe al observar y escuchar a todos, incluso a los más pequeños seres de la naturaleza.

Cuando Salomón asumió como rey de Israel, lo primero que hizo fue ofrecer un impresionante holocausto al Señor y pedirle sabiduría3. Ahora, nos llaman tontos por ofrendar, pero ¡en la Escritura vemos que uno de los hombres más sabios de la tierra lo hacía! El que tenga oídos, que oiga. Es de sabios obedecer al Señor en todo lo que nos manda hacer.
Nuestro Señor nos ha regalado muchísimo, tal como a Salomón. ¿le has pedido sabiduría para gobernar y administrar Sus bendiciones? Revisa lo que pides, quizá le ruegas por la oportunidad de estudiar en la universidad, pero no le pides sabiduría para graduarte. Imita a Salomón quien fue humilde y pidió específicamente la sabiduría que necesitaba para bendecir a otros. De esa forma, Dios le concedió más de lo que esperaba. Evita perder tu tiempo al pedir sabiduría en general o para aquello que no haces. Invierte tu energía pidiendo la sabiduría que requieres para cumplir con tus responsabilidades. Dile: “Hazme sabio para gobernar mi casa y hacer mi trabajo”.
Las pruebas requieren paciencia y sabiduría4. De hecho, en medio de las dificultades se refleja cuánta sabiduría nos hace falta y en qué áreas específicas, entonces, podemos pedirla y buscarla. Podrías necesitarla para administrar tus finanzas, para guiar a tus hijos o para liderar tu empresa. Solo al tener una dificultad en ese aspecto, descubrirás qué necesitas aprender al respecto.
Busca sabiduría con la fe de quien desea aplicarla en las situaciones particulares de su vida. Demuestra que anhelas hacer bien lo que Él te ha encomendado específicamente. Dale gracias por las responsabilidades que asumes y pídele que te haga humilde para aprender de todo y de todos. Él desea que seas sabio, por eso te ha rodeado de sabiduría.

1 Eclesiastés 9:13-18 explica: También vi esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande: una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta contra ella grandes baluartes; y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre. Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras. Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los necios. Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; pero un pecador destruye mucho bien.
2 Mateo 6:25-34 Jesús enseña: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
3 2 Crónicas 1:6-12 dice: Subió, pues, Salomón allá delante de Jehová, al altar de bronce que estaba en el tabernáculo de reunión, y ofreció sobre él mil holocaustos. Y aquella noche apareció Dios a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras que yo te dé. Y Salomón dijo a Dios: Tú has tenido con David mi padre gran misericordia, y a mí me has puesto por rey en lugar suyo. Confírmese pues, ahora, oh Jehová Dios, tu palabra dada a David mi padre; porque tú me has puesto por rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra. Dame ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande? Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti.
4 Santiago 1:2-8 aconseja: Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

Cuatro amenazas para nuestra felicidad


Para tener gozo agradece lo que eres y lo que tienes, cree en las promesas del Señor, aléjate de la comparación y de la envidia. 
 Nuestro Padre desea que seamos felices. Y para lograrlo debemos alejarnos de cuatro actitudes que solo traen tristeza y ansiedad. La primera actitud que nos amenaza es la comparación. Alégrate de ser único y valioso. Dios no ha creado a dos seres iguales. ¡Qué bendición! Su creatividad es infinita, pero las personas insistimos en la vana comparación que nos hace pensar que somos inferiores si no logramos tener o alcanzar lo que vemos en otros. No pretendas vivir la vida de alguien más sino la tuya. Aprende a disfrutar quien eres y lo que puede alcanzar. Valorémonos y hagamos a un lado la comparación que nos aleja del gozo que nuestro Señor desea darnos.
La segunda amenaza para nuestra felicidad es la falta de agradecimiento que endurece nuestro corazón. Nos acostumbramos a las bendiciones que diariamente recibimos como la vida, la capacidad de trabajar y la familia, por lo que nos concentramos en lo negativo, lo que no tenemos, lo que nos hace falta. Y actuar de este forma es demostrar que lo malo tiene más poder sobre nosotros que lo bueno. Reaccionamos con más fuerza ante una tragedia que ante una alegría. Si tenemos salud, no nos preocupamos por cuidarla hasta que nos enfermamos, cuando deberíamos agradecerla y hacer lo necesario por mantenerla siempre. Te invito a que redactes un listado de todo lo bueno que Dios te ha regalado y le agradezcas de corazón. Si valoras lo que tienes, vivirás agradecido y serás feliz.
Otra actitud que nos aleja de la felicidad es la incredulidad. Por el contrario, tener fe en las promesas del Señor nos asegura una vida plena, tomados de Su mano. En la Biblia leemos el caso de Ana, madre del profeta Samuel, quien sufría porque no podía tener hijos. Entonces, decidió ir al templo a orar largamente. Estando allí, el sacerdote escuchó el murmullo de su voz y pensó que estaba ebria. Pero ella le aclaró la situación1 con respeto, a pesar de que pudo ofenderse. Ana tuvo fe, bendijo al sacerdote y obtuvo bendición de vuelta. Desde ese día ya no estuvo triste, aunque todavía no estaba embarazada, salió del templo convencida de que lo estaría, porque había recibido la seguridad de que tendría lo que pedía. Esa debe ser nuestra actitud: llenarnos del gozo que otorga la seguridad de ver lo bueno que vendrá. Dile al Señor: “Creo en Tu Palabra, y Tus promesas me hacen feliz”.
La Palabra nos enseña a hablar del futuro como si ya hubiera sucedido. Por eso, Isaías dijo que fuimos curados por las heridas del Salvador, a pesar de que en ese momento Jesús no había nacido, pero el profeta lo daba por hecho. Eso sucedió con Ana, quien se llenó de gozo, se “embarazó” de la Palabra de Dios, antes de recibir semilla de vida en su vientre. ¡Embaracémonos con las promesas del Señor porque Su Palabra es semilla incorruptible! Proclama que tus hijos sirven al Señor, aunque todavía no estés casado. Para los que creen en Su Palabra, el futuro ya sucedió. ¿Cómo podríamos estar tristes si tenemos Sus promesas de bendición? Debemos creer, tener fe en que Él tiene cuidado de nosotros y la felicidad será consecuencia de esa seguridad. La Palabra que se predica es para ti, tanto como la aceptes. Créele a Dios y no habrá lugar en tu corazón para la tristeza.
La envidia es otra actitud que nos aleja de la felicidad. Cuando te comparas con otros, nace la codicia por lo que no es tuyo, y nadie con esa actitud puede ser feliz. Los chismes, las críticas, los malos deseos son producto de ese sentimiento. La envidia es un mal tan grande que corrompe incluso a los predicadores. Pablo, en la cárcel, escribió sobre la envidia que movía a algunos a predicar porque deseaban tener fama2. Saca la envidia de tu corazón o nunca podrás ser realmente feliz. Para lograrlo, debemos convencernos de que somos únicos y valiosos para nuestro Padre, quien ha dotado a cada uno de dones y talentos. Deja de quejarte, aprende a disfrutar de tu vida, sin anhelar la vida de alguien más.
Entonces, para ser felices debemos alejarnos de la envidia, de la ingratitud, de la comparación y de la incredulidad. Además, debemos aprender a servir y dar honra. Cuando Pablo escribió a Timoteo, le ofreció consejos que podemos tomar como empleados, servidores que reciben bendición a través de jefes y autoridades a quienes debemos honrar, porque son las personas que Dios usa para darnos oportunidad de prosperar. Ser trabajadores fieles y dar horna es tan importante que si no lo hacemos, ¡blasfemamos contra el nombre de Dios!, y alejamos nuestra felicidad3. Más aún, si tu jefe es un hermano en Cristo, o parte de tu familia, debes servirle mejor y le debes doble honra y respeto. Esta actitud nos garantiza satisfacción. Ofrece bendición en tu lugar de trabajo, lleva luz y paz con tu dedicación en dar siempre la milla extra. Tu buena disposición y alegría le dice al Señor que estás listo para prosperar. La bendición no se detiene si demuestras una buena actitud en la vida.
Pablo también aconseja no afanarnos en conseguir cosas materiales porque al morir, nada nos llevaremos4. Busca la felicidad, paz y contentamiento con lo que tienes y puedes lograr con esfuerzo, pero sin angustia. El afán es el comportamiento sin sentido de alguien que no ha comprendido de qué se trata vivir. Demuestra que eres inteligente y que has aprendido a vivir en el Señor. ¡Si somos de Cristo, ni el anticristo debe preocuparnos! No veas lo que no tienes, sino ¡toma lo que tienes y compártelo! Ese es un acto de fe que nos libera del afán. Dale la prioridad a Dios y todo lo demás vendrá, esa es Su promesa y ¡la ha cumplido siempre! Vivir plenamente es una decisión que está en tus manos, no tengas miedo y acepta el reto de ser feliz.


1 1 Samuel 1:15-17 relata: Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.
2 Filipenses 1:15 explica: Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad.
3 1 Timoteo 6:1-6 dice: Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina. Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta. Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;
4 1Timoteo 7-10 explica: porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

martes, 27 de noviembre de 2012

Vanidad o felicidad

Disfrutar del trabajo, del fruto del trabajo y de la familia para quienes trabajamos es felicidad, no vanidad.

Ser felices es una decisión que tomamos, pero muchas veces, nos saboteamos al poner mil excusas para mantener un actitud de frustración, decepción e infelicidad. Por supuesto que todos enfrentamos situaciones difíciles, quizá el abandono de los padres, estrechez económica, la muerte de algún ser querido, pero debemos aprender a sobreponernos y sonreírle a la vida, especialmente si tenemos a Dios en nuestro corazón. ¡No es posible saber que tenemos garantizada la vida eterna gracias al amor de Dios y vivir amargados!
El Señor nos ha mostrado cuatro amenazas para nuestra felicidad: la comparación, la falta de agradecimiento, la incredulidad y la envidia. Además, podemos agregar la vanidad, pero no como la hemos mal interpretado, sino como la Palabra nos enseña. A veces, pensamos que es vanidosa una dama que se preocupa por su aspecto y presentación personal. De ser así, Dios sería el creador de la vanidad, ya que no hay ser viviente mal vestido en la naturaleza. El león se ve elegante con su melena, la jirafa camina con estilo, nuestro Señor creó todo hermoso, por lo que procurar vestirnos bien y arreglarnos, no es vanidad. En la Biblia leemos que vanidad es pasar la vida con dolores, es decir, con molestias y tristezas, y ver el trabajo con incomodidad; por el contrario, alegrarnos con nuestras labores, disfrutarlas y vivir a gusto es conforme la voluntad de Dios1. Entonces, es vanidoso quien constantemente se queja de su trabajo, busca excusas para llegar tarde e irse temprano, y hace de su existencia un lamento.
La Escritura dice que no hay nada mejor que disfrutar de nuestro trabajo2, y realmente lo es, porque le dedicamos un buen porcentaje de nuestra vida. Qué terrible pensar que pasamos diez o doce horas del día amargados. ¡Cambia de actitud! Asume tu responsabilidad con ánimo, ya que te dedicas al trabajo que Dios te dio. Si es lo que en este momento puedes hacer,  ¿porqué lo harás triste y decaído? Nuestra fe nos dice que nos alegraremos en el Señor. Quien tiene la vida de Cristo Jesús realmente no puede estar triste. Imagina qué señal le enviamos al cielo si hacemos de mala gana el trabajo que Dios nos ha encomendado. La buena actitud que elevamos al cielo provoca que las bendiciones vengan a nuestra vida. Como el agua que se evapora, sube y vuelve a bajar para hacer que crezca la siembra que cosecharemos. Seguramente encontrarás alguna buena excusa para vivir inconforme, pero esa actitud ¿te ofrece más felicidad que agradecer y esforzarte por hacer bien lo que te corresponde? ¡Claro que no! Entonces, deja de lado la mala actitud y lucha por ser feliz. De lo contrario, harás infelices a quienes te rodean.
Según la revista Forbes, los diez trabajos más satisfactorios, del décimo al primero son: los ingenieros operativos que encuentran muy divertido manejar “juguetes gigantes” como las excavadoras; los agentes de servicios financieros; los psicólogos, aunque aseguran no resolver todos los conflictos de sus pacientes; los artistas escultores y pintores que sienten un alto grado de satisfacción con sus creaciones; los maestros, sin importar el caos de su aula; los maestros de niños con necesidades especiales, aunque su salario no es muy alto; los autores, aunque el pago de regalías es bajo, pero es positivo ser de influencia; los terapistas físicos que contribuyen con la rehabilitación de muchas personas. El segundo trabajo más satisfactorio es ser bombero y el primero es ser clérigo, eclesiástico, presbítero. De este listado se puede concluir que las personas dedicadas a beneficiar a otros son quienes viven más satisfechos. Así que es posible tener el trabajo más estresante y ser felices con una actitud de servicio y entrega a los demás. No te quejes del trabajo que tienes, ¡disfrútalo!, para no ser vanidoso.
La segunda cosa que debemos disfrutar para ser felices y demostrar que no somos vanidosos es el fruto de nuestro trabajo3. Algunos dirán: “¿Cómo voy a disfrutar del fruto de mi trabajo si no gano mucho dinero?” Pues ¡Con más razón debes disfrutarlo si es poco! Vanidoso es quien trabajo duro y no se toma el tiempo para alegrarse con lo que recibe a cambio de su esfuerzo. Lo poco o mucho que tienes, gózatelo. Dios te provee del trabajo y de las fuerzas, aprovéchalos y ¡goza tus logros!
La tercera cosa que debes aprender a disfrutar para ser feliz es a tu familia4. Seguramente los amas, pero también debes pasar tiempo con ellos. Amo escuchar reír a mi esposa y a mis hijos. Después de Dios, lo más bello es disfrutar a tu familia. Claro que debemos trabajar y esforzarnos, pero no al extremo de olvidarnos de ser felices con nuestra gente querida. Llama a tu esposa para escucharla y decirle que la amas, dedícale tiempo a tus hijos. La Palabra dice que esa también es tu parte.

Dios puede darte todo: riquezas, bienes y honra. Él nos da vida eterna y también la vida terrenal que desea que disfrutemos al saciarnos con todas Sus bendiciones5. Entonces, para no ser vanidosos, debemos ser felices y encontrar el gusto en tres cosas: el trabajo, el fruto del trabajo y la familia para la cual trabajamos. Dale gracias al Señor por todo lo que has recibido de Su amor y pídele que te dé el gozo de poder disfrutarlo.

Citas:
1 Eclesiastés 2:23-24 enseña: Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad. No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios.
2 Eclesiastés 3:22 explica: Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?
3 Eclesiastés 3:9-13 dice: ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.
4 Eclesiastés  9:9 aconseja: Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.

5 Eclesiastés 6:2-3 comparte: El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso. Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él.

viernes, 13 de abril de 2012


¿Qué hace sonreír a Dios?

 

Ya que agradar a Dios es el principal propósito de nuestra vida, la tarea más importante que tenemos es descubrir cómo hacerlo con exactitud. Es una dicha que la Biblia nos presente un ejemplo claro de una vida que agradó a Dios.
El hombre se llamaba Noé. Del estudio de su vida aprendemos cinco actos de adoración que hacen sonreír a Dios.
Dios sonríe cuando lo amamos por encima de todo.
Cuando confiamos en él completamente.
Cuando lo obedecemos de todo corazón.
Cuando lo alabamos y le manifestamos una gratitud continua.
Y cuando cumplimos sus propósitos.
Lo que Dios más quiere de nosotros es que tengamos comunión con él. Él te ama de todo corazón ydesea, en reciprocidad, que tú también lo ames. El anhelo de Dios es que lo conozcamos y que pasemos tiempo con él. Él se complace con nosotros. Tener comunión con Dios, aprender a amarlo y ser amado por él, debería ser el mayor objetivo de nuestra vida. No hay ninguna otra cosa que tenga tanta importancia.
Jesús dijo:"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con tu alma y con toda tu mente... Éste es el primero y el más importante de los mandamientos"
MATEO 22:37-38 (NVI)
"Agradamos a Dios por lo que hacemos y no solo por lo que creemos"
SANTIAGO 2:24 (PAR)
La palabra de Dios nos dice claramente que no podemos ganarnos la salvación. La salvación es por gracia, no por ningún esfuerzo de nuestra parte. Pero como hijos de Dios podemos agradar a nuestro Padre celestial mediante la obediencia. Busquen es sus Biblias y hagan una lista de todos los pequeños actos de obediencia que agradan a Dios. Todos esos actos de obediencia son también actos de adoración.¿Por qué a Dios le agrada tanto la obediencia? Por que es la demostración de que realmente lo amamos.
Jesús dijo: "Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos"
JUAN 14:15 (PAR)
"Dios, desde el cielo, mira a hombres y mujeres; busca a alguien inteligente que lo reconozca como Dios"
SALMO 14:2 (BLS)
Cuando vivimos a la luz de la eternidad, nuestro enfoque cambia. En lugar de plantearnos: "¿Cuánto placer me proporciona la vida?" llegamos a pensar: "¿Cuánto placer le proporciono a Dios con mi vida?"
Dios está buscando personas como Noé: personas dispuestas a vivir para agradarlo. La adoración como estilo de vida es la única manera sabia y sensata de vivir

resucita todo lo que había muerto en mi...

PRINCESA TE RECUERDO QUE NUESTRO REY RESUCITO DE LOS MUERTOS Y AHORA ESTA A LA DIESTRA DEL PADRE...

SI HAY ALGO QUE ME FASCINA ES QUE DIOS PONGA EN MI CORAZON UNA PALABRA INNESPERADA, PARA DECLARARLA, NO SOLAMENTE EN MI VIDA, SINO TAMBIENEN LA DE MI FAMILIA...

Y ESTA TARDE MI REY DEPOSITO EN MI CORAZON, MIENTRAS ESTABA INTERCEDIENDO Y DANDOLE GRACIAS A EL POR SU SACRIFICIO DE AMOR, PERO TAMBIEN POR SU RESURECCION...

"SI, SU RESURECCION EN MI VIDA...." QUE SIGNIFICA QUE TODO LO MUERTO, SIN VIDA, SE RECUPERABA EN EL MOMENTO DE PRONUNCIAR SU NOMBRE...WOW!!!

SUENOS, METAS, TRABAJOS OLVIDADOS, UNA PALABRA OLVIDADA HASTA EL PUNTO DE MORIR EN NOSOTROS...PERO POR MEDIO DE SU RESURRECCION, CADA UNA DE NUESTRAS METAS, SUENOS, ETC...ES TRAIDO A LA VIDA, ES RECUPERADO.

SU RESURRECION EN TU VIDA....TIENE EL EFECTO NO SOLO DE DARTE VIDA, SINO DE RENACER EN TI LOS SUENOS PERDIDOS, LAS METAS OLVIDADAS, EL DESEO DE PERTENECERLE A EL POR SIEMPRE, EL ANHELO DE VIVIR PARA Y POR EL POR SIEMPRE.